El Río Papaloapan acompaña, a través de la historia, al pueblo que vio nacer al «flaco de oro». Estuvimos en Tlacotalpan apenas un par de horas. Veníamos de paso desde Cosamaloapan y debíamos seguir hacia Catemaco, asi que el recorrido fue veloz y me quedé con ganas de disfrutar los colores de las casas, la tranquilidad de pueblo y el paisaje del río.
Tlacotalpan, que significa tierra entre aguas, conserva con orgullo su identidad mexicana de origen totonaca. En la época novohispana destacaron las haciendas que impulsaron la construcción de barcos y el crecimiento de la población española.
En 1698, 1788 y 1790 los fuertes vientos de la zona provocaron grandes incendios que obligaron a reconstruir la ciudad y las continuas crecidas de los ríos impidieron que se consolidaran los asentamientos españoles como en otras partes de México.
Durante algunos años se llamó Tlacotalpan de Porfirio Díaz por gestarse allí el levantamiento contra el gobierno de Lerdo de Tejada. El Porfiriato dejó como legado la fisonomía actual de Tlacotalpan. Se fraccionaron las haciendas Juan Zapotal, propiedad de Dolores Tosta, esposa del general Antonio López de Santa Anna y los terrenos de la Cofradía de la Virgen de la Candelaria. El remate de esas tierras permitió a las familias con recursos económicos convertirse en los nuevos terratenientes de la zona.
El auge económico de Tlacotalpan lo convirtió en un importante puerto de la zona. Se comercializaban frutas de todo tipo, caña de azúcar, algodón, tabaco, hule, ganado vacuno, caballos de raza y maderas como cedro y caoba. La aparición del ferrocarril y el comienzo de la Revolución disminuyó el comercio fluvial que se desarrollaba en la región.
A pesar de su reducida extensión, Tlacotalpan ofrece múltiples opciones para el turismo:
• La Casa Museo Agustín Lara, donada a la ciudad por doña Yolanda Gasca, esposa del artista
• La casa natal del flaco de oro con una placa homenaje en su fachada
• El Jardín de Arte Tlacotalpeño
• El bar-museo de Tobías Carbajal Rivera, amigo del compositor
• El Mini-Zoológico-Museo de don Pío Barrán
• La Casa de la Cultura Agustín Lara
• El Mercado Municipal Teodoro A. Dehesa
• El Teatro Nezahualcoyotl
El malecón de Tlacotalpan además de ser la carretera hacia Cosamaloapan o a Veracruz y Los Tuxtlas, ofrece paseos turísticos en lancha y una multitud de sencillos restaurantes donde probar pescado fresco: róbalo, mojarra, jaiba, camarón, acamaya y tortuga, al mojo de ajo, en adobo, enchipotlados o en escabeche y el famoso tegogolo, un molusco de sabor similar al del camarón que se vende preparado como cóctel. En 1998 el centro histórico de Tlacotalpan fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Agustín Lara, músico y poeta
Su nombre completo era Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso Rojas Canela del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino. Nació en Tlacotalpan en 1900 y en 1906 se trasladó con su familia a la Ciudad de México.
Abandonado por su padre, debió trabajar desde los 12 años para sostener la economía familiar hasta ingresar al Colegio Militar. En 1917 se unió a la Revolución. Fue herido en sus piernas y regresó a la Ciudad de México tras un breve paso por Puebla.
En 1930 el tenor Juan Arvizu lo descubrió, difundió sus canciones en la radio y comenzó su carrera de éxitos. Una de sus canciones más famosas es María Bonita compuesta para María Félix con quien se casó en 1945. Fueron famosas las reuniones de artistas, escritores e intelectuales en su casa de Las Lomas.
Actuó en dos películas, Novillero (1936) y Coqueta perdida (1949). El presidente Adolfo Ruiz Cortines lo homenajeó en 1953 y el dictador español Francisco Franco le regaló una casa en Granada en agradecimiento por sus composiciones dedicadas a ciudades como Toledo, Granada, Sevilla y Madrid. Fue aficionado taurino y compuso una canción para el torero mexicano Silverio Pérez. Sus canciones encontraron intérpretes en todo el mundo.
Murió en 1970 como consecuencia de un derrame cerebral después de estar 3 días en coma. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón de Dolores en la Ciudad de México.
La música y el recuerdo de Agustín Lara se mezclan con la alegre paleta de colores de las calles de la ciudad. El sabor de los platillos veracruzanos, la calidez de su gente y los verdes paisajes de río hacen de Tlacotalpan un lugar mágico.
Cómo llegar
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