La cárcel de San Juan de Ulúa fue el único territorio de la Nueva España que permaneció en manos de los españoles después de consumada la independencia de México.
Cuando leí «La silla del águila» de Carlos Fuentes quise visitar San Juan de Ulúa, al igual que Catemaco y otros escenarios literarios que desde mi pequeño departamento en Mar del Plata me parecían tan interesantes como lejanos. Aquella tarde al atravesar el Puente del Útlimo Suspiro intenté imaginar la sensación que tenían los presos al llegar a su destino final. Estaba conmovida literaria e históricamente.
El recorrido guiado es necesario para tener datos importantes sobre la vida en ese lugar. Hay distintos tipos de celdas abiertas al público. En las más amplias los guías reúnen a los grupos de visitantes para dar un marco real a los datos históricos. Hay una celda que tiene una especie de antesala que conducen a dos celdas que permanecen iluminadas por pequeñísimas ventanas de piedra. La humedad, la oscuridad, la falta de ventilación y el sufrimiento estancado entre esas paredes hacen que apenas asomarse, uno quiera salir corriendo al grito de “patitas pa’que las quiero”. La energía del lugar es espeluznante.

2. 1838: ataque de las tropas francesas durante la Guerra de los Pasteles
3. 1847: ataque de las tropas norteamericanas en la Guerra de Intervención Estadounidense
4. 1914: defensa ante el desembarco de las tropas estadounidenses
La prisión

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Leyenda de Chucho el roto
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Leyenda de la Mulata de Córdoba
«Entonces escuché los pasos ligeros, como de mariposa saltarina si tal cosa hubiese, detrás de mí. Entonces me di media vuelta en el momento en que se abrió la puerta de la celda y a mis espaldas sentí un tufo infernal, como si este túnel subterráneo fuese en verdad el camino del Averno, el lugar de cita de todos los demonios, este túnel subterráneo del Castillo de San Juan de Ulúa, goteando del techo no sólo agua salada sino sangre licuada, sangre tan vieja que ya era parte de la circulación universal de los océanos, sangre mezclada de perro hambriento y tiburón ahogado y bucanero ahorcado y sirenas prostituidas y vastas selvas de algas marinas y ostras herméticas de perlas barrocas, todo esto me goteaba sobre la cabeza.» (La silla del águila -Carlos Fuentes)
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muy triste lugar saber que habia tanto castigo como torturas.
Estoy envistigando la vida de mi vis abuelo. Esta dicho que el termino en esta prision. donde o con quien me puedo dirijir para ver registors / datos de los prisioneros?
Hola Arturo, qué interesante! Creo que la gente del INAH en la Fortaleza de San Juan de Ulúa te puede orientar en tu investigación: 01 (229) 938 5151 / fuertedesanjuandeulua@inah.gob.mx Saludos!