Los elementos prehispánicos que encontramos en las actas de nacimiento, defunción, matrimonio y divorcio, nos invitan a indagar nuestro pasado.
Actualmente las actas expedidas en las oficinas del Registro Civil y las digitales son de color verde y cuentan con otro diseño en sus orillas. Ambos modelos, el sepia y el verde, tienen la misma vigencia y validez oficial. Las actas se deberán actualizar solo cuando estén rayadas, manchadas o alteradas.
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Las serpientes emplumadas de las actas aparecen con las fauces abiertas mostrando su lengua bífida y con actitud atemorizante. A primera vista se diría que se trata de las serpientes esculpidas en el Templo de Quetzalcóatl, en Teotihuacán, Estado de México, pero no es así, porque aunque se parecen no son iguales.
Los viajeros atentos y los curiosos exploradores reconocerán que las cabezas de serpiente de nuestras actas de nacimiento pertenecen a la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco, Morelos.
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La ciudad prehispánica de Xochicalco
Floreció entre los años 700 y 900 d.C. La estructura piramidal que nos ocupa es un basamento sobre el cual fue construido el templo. La importancia de este monumento reside en los bajorrelieves de gran belleza que decoran las paredes y los arranques de los muros del templo; la iconografía representa un texto donde se leen acontecimientos de la vida cotidiana, de la cosmogonía, los momentos de cambio y el poder de Xochicalco.
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La leyenda negra de Leopoldo Batres
Leopoldo Batres fue un pionero de la arqueología moderna en México y es conocido por sus excavaciones durante el Porfiriato. Su historia da para un post completo que prometo hacer a la brevedad. Por ahora basta con decir que la leyenda negra de Bartres nace de una larga discusión sobre el recuento histórico de las exploraciones en las que trabajó Batres, El arquitecto Ignacio Marquina se concentró en subrayar que Batres incurrió en graves errores de interpretación y que destruyó el patrimonio (edificios y objetos muebles) sin dejar registro de sus trabajos, por lo que ocasionó la pérdida irremediable de los vestigios de Teotihuacán.
Se le culpaba de dinamitar parte del suelo y luego reconstruirlo a su idea. Los arqueólogos usaban la acusación “por destrucción del patrimonio” para ventilar disputas personales y surgían toda clase de debates en torno a las discrepancias técnicas y metodológicas y al quehacer científico.
Otros hechos que contribuyeron a la leyenda negra, fueron los manejos turbios en la zona arqueológica de Xochicalco y el uso dinamita para mover el escombro. Se dijo que Batres había alterado la pirámide de las Serpientes Emplumadas, pero gracias a las fotografías de Pal Rosti, realizadas a mediados del siglo XIX, se sabe que lo único que hizo el arqueólogo fue consolidar lo que estaba en su lugar y recolocó numerosas piedras esculpidas que estaban caídas. Batres cometió algunos errores pero gracias a su intervención la estructura se conservó.
Como dato adicional, el Monumento a La Raza, ubicado en el extremo norte de la avenida de Los Insurgentes, tiene réplicas de los glifos de dicha pirámide.
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Ubicación de la Zona Arqueológica de Xochicalco
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